La depresión puede manifestarse en nuestra vida por una situación o suceso puntual, también puede ser por un cumulo de situaciones que nos ocurre durante toda nuestra vida y en un momento especifico se desborda y aparecen los síntomas de la depresión.
Si constantemente estamos evadiendo nuestros vacíos, carencias o situaciones de dolor, es normal que en algún momento de nuestra vida salga a flote lo que sentimos en nuestro interior.
1. Presencia de tristeza: Este síntoma es el más frecuente y habitual en la depresión. Es una constante de nuestro día a día, la tristeza puede estar acompañada de llanto, vacío o desesperanza.
2. Cambios en el sueño: Nuestro sueño cambia. A la hora de dormir no podemos hacerlo. Queremos descansar pero no logramos conciliar el sueño. O al contrario queremos dormir todo el día, no somos capaces de levantarnos de la cama, solo queremos dormir.
3. Perdida de interés: Se pierde el interés por hacer cualquier cosa en nuestra vida, como salir, trabajo, estudiar, incluso arreglarse o bañarse.
4. Baja autoestima: La autoestima se ve afectada ya que la depresión viene acompañada de pensamientos negativos y de inferioridad.
5. Perdida por el sentido de vida: No se encuentra un sentido de vida por el que trabajar y lograr cumplir en la vida. Nuestros proyectos y sueños se abandonan con la depresión.
6. Cambios de humor: Con nosotros mismos, con nuestra familia, con las personas cercanas a nuestra vida o incluso con personas que no conocemos. Podemos pasar desde la tristeza, a la frustración y al enojo.
7. Pensamientos perjudiciales: Los pensamientos son lo que perjudican nuestra vida, la autoestima, el amor propio, y en algunos casos pensamientos que atentan con nuestra vida.
8. Cambios en el apetito: Perdemos nuestro apetito total o parcialmente, o al contrario nuestro apetito aumenta de manera desmedida.
9. Falta de concentración: No logramos poner atención en algún tema o situación en específico porque nuestra mente está agotada y cansada
10: Baja energía y/o cansancio: Nuestra energía baja y no nos permite realizar actividades que hacíamos antes, no queremos hacer nada, por el contrario quedarnos en casa o acostarnos se vuelve nuestra acción elegida.